Oremos por las Madres que lo dan todo, hasta el alma, por aquellas que en humildes sacrificios se entregan y siguen dando hasta morir su vida entera.
Oremos por sus lágrimas y besos, por sus cálidos abrazos que
transforman el dolor, la angustia, la duda y el rencor.
Oremos por las Madres que a imagen del Dios Eterno nos
enseñan a amar y a compartir, por las veces que han alimentado nuestros sueños
y nos han colmado de esperanzas, de alegría, de paz y de consuelos.
Oremos porque en ellas hemos visto mil razones para seguir
viviendo. Oremos por las Madres que trabajan dentro y fuera del hogar, por las
que luchan para darnos una vida mejor y un mejor porvenir.
Oremos para que en sus luchas y trabajos encuentren santidad
y gozo. Bendice, Señor, sus manos, sus mentes, sus cuerpos y todos sus
esfuerzos.
Oremos por las Madres solteras, por las que no han
encontrado la gracia de un buen compañero o las que ya lo han entregado ante
los brazos del Padre Eterno.
Oremos por las que luchan solas y que no cuentan con el
apoyo para proveerles a sus hijos el pan o un mejor sustento.
Oremos por las Madres que ya han muerto, las que recordamos
con ternura, las que nos contaron tantos cuentos, las que dejaron sus sonrisas
marcadas en nuestros pensamientos.
Oremos por las que murieron enfermas y por las que hoy
siguen luchando ante el dolor y el sufrimiento.
Oremos por las Madres fatigadas que ya no tienen valor para
seguir viviendo, por las que se ven tentadas a dejarlo todo, por las que
sienten que ya no pueden más.
Oremos por las derrotadas y por las que caen sumergidas en
la tentación de acabar con una vida que llevan dentro.
Oremos por las que nunca fueron Madres pero se dan en carne
y hueso a la crianza de otros niños, por las valientes que adoptan, por las que
crían sobrinos o vecinos, por las que no han sido quizás Madres desde el
vientre, pero han sabido ser Madres con el corazón y con sus besos.
Oro finalmente por mi Madre, por los valores que me inculcó,
por cada momento de entrega, por darme a conocer a Dios, por su silencio, por
sus palabras, por sus abrazos, por sus miradas.
Oro a Dios por su presencia y elevo mis manos al cielo,
dando gracias por su amor y por su entrega.!!Amén!!
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Dios Bendiga a todas las Madres del mundo!! Especialmente la
mía...
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