Pasta de dientes
Seguramente tienes pasta de dientes en el baño, así que agarra el tubo y empieza a frotar. Pon un poco en tus dedos o en un cepillo de dientes suave y frótalo sobre las manchas de tinte. Frota suavemente hasta que las manchas de tinte desaparezcan. Quita la pasta de dientes con un trapo húmedo.
Bicarbonato y jabón de platos
Haz una pasta de bicarbonato y jabón de platos de limón y úsala para quitar el tinte de tu piel. El bicarbonato es un poco abrasivo, así que es ideal para frotar sobre manchas. Pon la pasta en un trapo húmedo y frótalo hasta que el tinte haya desaparecido. Enjuaga tu piel con un trapo húmedo para quitar los residuos. No frotes demasiado fuerte, puesto que el bicarbonato es un poco abrasivo y puedes irritar tu piel si frotas con fuerza.
Alcohol
El alcohol de frotar puede eliminar varias manchas de distintas superficies, y una de esas es el tinte de tu piel. Humedece una bola de algodón en alcohol de frotar y elimina las manchas de tinta. Puede que necesites varios intentos para retirar todo el tinte, pero en algún momento tendrás éxito. Lava tu piel con jabón y agua cuando hayas terminado de quitar el alcohol y los restos de tinte.
Aceite de bebé y vaselina
Para las manchas de tinte que son persistentes y que no salen, puede que tengas que dormir con ella, literalmente. Frota un poco de aceite de bebé o vaselina en las manchas de tinte. Acuéstate y a la mañana siguiente entra en la ducha y el tinte debería desaparecer. Protege las sábanas del aceite grasoso. Ponte unos calcetines viejos en las manos o coloca una toalla vieja sobre tu almohada, dependiendo de donde tengas el tinte en el cuerpo.