Por ser quienes somos, por amarnos como nos amamos, por ser valientes, por enfrentarlo todo, por defender lo nuestro por no dejar nada pendiente. Que más bella bendición que sentir orgullo por lo que hemos formado, por nunca permitir que nada venza nuestras esperanzas. Los caminos no son nada fáciles y el conseguir la paz, menos. Pero que mejor brindando al mundo las mil y un razones que tenemos para demostrar lo que valemos y lo perfecto que es esto.
Fueron muchas las melodías que estuvieron acompañadas de recuerdos, recuerdos que aún no pueden salir de esa fantasía que quiere escapar de si misma. Es tiempo de entender, que sólo siendo seres increíblemente únicos podremos por fin entenderlo todo. Al fin y al cabo, lo único que siempre importó fuimos sólo tú y yo.
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