Dios nos bendice siempre, aún en aquellos momentos en los cuáles las dificultades nos hacen creer que no.
Hoy tienes que mirar a tu alrededor y descubrir esas bendiciones. No es tiempo para llorar sino para creer.
No es tiempo para darte por vencido sino para seguir luchando. No es tiempo para decir que todo está perdido sino para levantarte y triunfar.
Es el tiempo de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario